Predica la pobreza desde la riqueza

He estado leyendo varios artículos sobre los privilegios de la Iglesia Católica y me ha parecido más correcto redactar una especie de artículo de opinión antes que subir una noticia sin toda la información necesaria.

Lo primero que debería decir es que yo vengo de una familia religiosa. He ido a un colegio religioso, estoy bautizada y hecho la comunión y también la confirmación. En cambio, yo no estoy de acuerdo del todo con esto.

Entiendo que durante siglos la religión ha sido muy importante para la gente, y aún lo sigue siendo pero es necesario conocer no solo lo bueno sino también lo malo.

Desde la Inquisición la Iglesia ha cometido muchos errores y aún así se le sigue procesando “lealtad”.

En la actualidad, nuestro Estado es aconfesional, pero solo en teoría, ya hay una religión privilegiada. Empezando por las exenciones fiscales (licencias e IBI) valoradas en unos 8000-9000 millones de euros procedentes de partidas de carácter público. Y continuando por la gran cantidad de conflictos sociales impulsados por la falta de neutralidad de la Administración que sin duda favorecen a la Iglesia Católica.

Estas exenciones fiscales fueron establecidas en el Concordato con la Santa Sede, un acuerdo prodemocrático. En teoría este acuerdo era temporal, pero ha perdurado en el tiempo.

Estamos totalmente “encadenados” a la religión católica, la mayoría de las fiestas que tenemos se deben a un calendario marcado por festividades de origen religioso; en España hay numerosos templos católicos pero cuántos hay de otras religiones; seguimos juzgando a otras religiones por el simple hecho de ser distintas a la nuestra; por ejemplo el uso de burka o de niqab es tema de burla, no lo entendemos porque sencillamente no queremos.

La Iglesia se lleva una media de 200 euros por habitante, sea creyente o no, de los presupuestos de las distintas administraciones públicas (Estado, comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos).

Algunos estudios de próxima publicación concluyen además que anulando las subvenciones a la Iglesia no sería necesaria la ampliación de la jubilación a los 67 años.

La Jornada Mundial de la Juventud cuesta 60 millones. Sin contar con los gastos excepcionales que conlleva: gastos de seguridad, limpieza, organización y cesión de terrenos para la celebración para la acogida del Papa.

A ello hay que sumar al menos otros 80 millones que la Iglesia recibe a través de la x de "otros fines sociales", de la que se benefician proyectos de ONG católicas. Una cantidad que no es relevante teniendo en cuenta el total de las donaciones públicas a la Iglesia, pero que sí refleja la pervivencia de unos privilegios incompatibles con el Estado laico y que, en algunos casos, se remontan al siglo XIX.

Lo recaudado paga el culto católico o el sueldo de los sacerdotes

Una situación que, además, genera desigualdades con otras confesiones. En la práctica, la Iglesia católica es la única religión con financiación pública. Judíos, musulmanes y evangélicos se reparten apenas 6 millones de euros mientras que la Iglesia católica recibe más de 10.000.

La campaña cuenta que la Iglesia trabaja con los inmigrantes, los presos, los huérfanos o los ancianos. Sin embargo, la realidad es que todos los fondos recaudados por los obispos con la famosa casilla van a sufragar el culto católico, los sueldos de los sacerdotes y la Seguridad Social del clero. De hecho, aunque su ejemplo y su función social aparezcan en los anuncios de la casilla eclesiástica, las ONG católicas reciben su ayuda a través de la casilla de Otros fines de Interés Social.

La crisis no ha afectado a las arcas de la institución que en los últimos dos años ha visto cómo la cantidad ingresada por el IRPF pasaba de 140 millones de euros a 253,4 millones.

Una serie de datos objetivos:

Para finalizar, comentar que el 80% de los ciudadanos españoles están a favor de la separación entre Iglesia y Estado, algo que en mi opinión ya debería haber sucedido hace mucho tiempo.  Y que aunque la mayoría se define como católico, en realidad sus comportamientos no comparten los postulados de la institución.